Un enclave con historia en cada piedra
Redondela, en la ría de Vigo, es mucho más que un cruce de caminos marítimos: bajo su superficie acechan vestigios que narran un amplio viaje desde la Edad del Bronce hasta la consolidación del Imperio Romano en Hispania. Cada sendero, cada piedra tallada y cada fragmento de cerámica nos hablan de sociedades que moldearon este paisaje.

El tesoro de oro de Rande
A principios de 1908, un agricultor de Chapela rompió la tierra con su azadón y se topó con una vasija de barro decorada con la inscripción “IRENE”. Al levantar la tapa, quedó maravillado ante 86 divisas de oro antiguo, aurei acuñados entre los siglos I y II d.C. Tras varias negociaciones en Vigo, la mayoría de las piezas viajó hasta París, dejando allí su leyenda y, en casa, la memoria de un hallazgo único en el noroeste peninsular.
Rutas imperiales y sus señales de piedra
En varios puntos de Redondela han aflorado miliarios —colosos de granito que marcaban distancias sobre la calzada que unía Tui con la costa atlántica—. En San Pedro de Cesantes aparece el dedicado al emperador Numeriano (283–284 d.C.), hoy en el Museo de Pontevedra, y otros en San Mamed de Quiniela, San Román de Saxamonde y Vilar de Infesta, donde aún descansan en su enclave original.
Vida en la villa de Cedeira
Al fondo de la parroquia de Veiga da Vila, las excavaciones han desvelado una villa tardoimperial con restos de habitaciones y baños. Los fragmentos de sigillata y las tejas romanas atestiguan la presencia de una explotación agrícola de alto nivel, situada estratégicamente para el comercio de aceite y cereales.

Antes de Roma: castros y metalurgia
Mucho antes de que los legionarios recorriesen estas sendas, el monte de A Peneda y el Monte do Castro (entre Cedeira y Negros) albergaban poblados fortificados. Allí se tallaban hachas de bronce, percutores y cuchillos; estructuras defensivas y terrazas que aún se intuyen en la ladera.
Petroglifos en Monte Penide y otros lugares
El arte rupestre gallego cobra vida en Monte Penide, Poza da Lagoa y en la estación de Nogueira (Santa María del Viso). Estos grabados en granito muestran círculos entrelazados, escenas de armas y formas zoomorfas, conectando al observador con rituales que se remontan a la transición entre la Edad del Bronce y el Hierro.
¿Te animas a explorar este legado?
Los vestigios de Rande y Redondela aguardan al viajero curioso: murallas, piedras con inscripciones y tesoros escondidos pueden verse en rutas señalizadas o en el Museo de Pontevedra.